Muchos de nuestros clientes nos han comunicado su intención de instalar nuevas puertas en su hogar. Además de aconsejaros la instalación de puertas de seguridad (aquí tenéis un artículo sobre cómo elegirlas), es importante tener en cuenta los herrajes más adecuados. Las bisagras y pernios son los elementos que garantizan la perfecta sujeción de la puerta al marco y además permiten el movimiento de la misma. Pero… ¿cómo elijo el adecuado?
¿Qué es un pernio?
Los pernios tienen un eje independiente de las alas móviles. Esta característica permite que se puedan desmontar sin dificultad, ya que el eje está fijado a un ala o, incluso, es independiente de ambas. La decisión por un pernio u otro, dependerá de la dirección y colocación de la puerta o superficie sobre la que van a ser colocados.
Desde hace algunos años, son los pernios los que se emplean para colocar ventanas y puertas debido a su comodidad. El hecho de que se puedan desmontar, aun estando instalados, hace de este elemento algo práctico y útil.
¿Qué es una bisagra?
Por el contrario, las bisagras tienen un eje que está fijado a ambas alas. De esta forma, se consigue que las dos alas puedan girar. A diferencia de los pernios, las bisagras no se pueden desmontar una vez montadas porque el eje está fijado a sus alas.
Ahora que ya conocemos bien qué es un pernio, una bisagra y cuáles son sus principales diferencias, tenemos que decidirnos por uno de los dos. La decisión es más sencilla de lo que parece, porque a la hora de elegir uno u otro nos tenemos que basar en el fin para el que lo queremos, en la carga, en el ángulo de apertura y en el método de fijación. Por norma general, las bisagras se utilizan sobre todo en puertas de pared, armarios y tapas. En cambio, los pernios se usan sobre todo en puertas elevables y abatibles como las de los arcones o las de la entrada de una estancia.
De esta forma, podemos concluir que para decantarnos por un pernio o una bisagra dependerá de la superficie para la que vayan a ser usados, su peso y su método de fijación.